miércoles, 8 de octubre de 2014

Mary Bell, la niña asesina.



Mary Flora Bell nació el 26 de Mayo de 1957, en Newcastle, Inglaterra. Su infancia no fue para nada normal, y mucho menos un acontecimiento memorable. Su madre tenía apenas 16 años cuando ella nació, y la apartó de ella en el momento mismo que la vio por primera vez, espetando que alejaran a ‘’esa cosa’’ de su vista.

  
               Nunca se supo realmente quién fue el padre de Mary. El apellido se lo había dado un infame ladrón de nombre Billy Bell, que solo jugaba aquél papel para poder cobrar pensión del gobierno.            

                No suficiente con los maltratos psicológicos, la madre de Mary había intentado matarla en varias ocasiones, justificando los fallidos intentos como ´´accidentes’’ de la propia niña. Tiempo después, siendo Mary un poco mayor, su madre se volvió prostituta, y obligaba a Mary a involucrarse en juegos sexuales con otros niños, hasta que teniendo cumplidos ocho años, vendió la virginidad de la niña a uno de sus asiduos.

                Luego de eso se hizo costumbre a ofrecerla a clientes pedófilos. En posteriores declaraciones, Mary aseguró que su madre la ataba desnuda a un poste, cobrando a los hombres que quisieran meter el pene en su boca hasta eyacular. Siempre terminaba vomitando el semen, declaró.

                Durante los años que duraron las depravaciones a las que era sometida, disfrutaba matando animales pequeños, haciéndolos sufrir también.

                Un día antes de su cumpleaños número once, en 1968, Mary por fin sucumbió a toda la ansiedad y odio acumulado que había en ella. Un pequeño niño de nombre Martin Brown, había muerto. Según los periódicos, había sido a causa de que el niño cayera por las escaleras, aunque lo cierto era que el pequeño presentaba una herida contusa en el cráneo muy bien definida, varios moretones y signos de un evidente estrangulamiento.

Martin Brown
                Efectivamente, el niño había caído por la escalera, pero no accidentalmente, sino empujado por Mary. Una vez al pie de la escalera y dándose cuenta que seguía con vida, Mary lo golpeó con una roca para después estrangularlo.

Brian Howe.
                Nadie la descubrió en el momento, y días después irrumpió en una guardería junto con su amiga Norma. Hicieron un desastre y además dejaron una nota jactándose de haber perpetrado el asesinato de Martin Brown, y asegurando que volverían a matar. Sin embargo la policía desestimó el hecho, asegurando que solo era una broma de alguien que quería salir en los diarios.

                Dos meses después, el 31 de julio, un Niño de tres años llamado Brian Howe desapareció. Horas después fue encontrado muerto con signos de tortura. Le habían cortado mechones de cabello con unas tijeras de pasto y mutilado sus genitales. Tenía además La letra ‘’M’’ garabateada en el vientre con las tijeras también.


        Es incierto si las autoridades de la época eran muy incompetentes, o si Mary y su amiga habían sido criminales excepcionales. Lo cierto es que nunca les habrían descubierto si no hubiese sido porque constantemente le preguntaba burlonamente a la hermana de Brian si extrañaba a su hermanito, lo que hizo levantar sospechas.

                Una vez aprehendida, Mary confesó todo sin remordimiento alguno, y contándoles a los detectives con orgulloso ademán todo lo que le había hecho al pobre niño Brian y a Martin.

                El juicio de Mary Bell fue muy complicado y polémico por la edad de la niña, pero al final fue encarcelada y su amiga Norma absuelta al constatarse que Mary sufría de psicopatía y había influenciado fuertemente el proceder de su amiga.

                Mary fue encarcelada por tiempo indefinido, y ni siquiera ahí paró el abuso por parte de su madre, que aprovechó la fama de su hija para vender entrevistas y supuestos diarios que Mary había escrito. No fue sino hasta el año de 1980 que Mary fue puesta en libertad y se le asignó un nombre falso para así evitar las represalias.

Mary Bell luego de ser librada. 


                Mary se casó y tuvo una hija en 1984. Para entonces la prensa descubrió dónde vivía, lo
que la obligó a escapar a otra ciudad. Ella y su hija fueron protegidas ya que los padres de los niños que había asesinado en su turbulenta infancia constantemente contrataban detectives privados para encontrarla, decididos a no dejarla en paz ni un solo día de su vida.

                Se dijo que Mary Bell cambió por completo, y que se convirtió en una amorosa madre. A pesar que en la voz de sus persecutores, jamás la perdonarían por lo que había hecho.

Madre de Martin Brow sosteniendo su fotografía.
                Debido a que Mary Bell ganó un juicio para mantener a los miembros de su familia protegidos por el gobierno, es incierto si ella aún vive o no. A pesar de todo el odio que dirigieron hacia ella a lo largo de su vida por algo que tal vez no fue su culpa, sino la de una sociedad desinteresada que solo gira la mirada cuando sus instituciones son transgredidas, sin el más mínimo interés por el mal de sus iguales. Unidos más por el odio, que por el bien, algo tan humano como matar.





(Redacción: Armando Martínez).