miércoles, 7 de enero de 2015

El verdadero caso de la huérfana: Klara Mauerova y Barbora Skrlová.

 


Transcurría Mayo del 2007 cuando la policía checa fue alertada por un vecino de la localidad de Kurim que había interceptado por medio de un monitor infantil terribles imágenes que parecían provenir de la casa de sus vecinas. En dichas imágenes se podían ver dos niños de corta edad sucios y desnudos dentro de lo que parecía ser una jaula, sometidos a horrorosos castigos y torturas.

La policía inmediatamente respondió al reporte e irrumpió en la casa, donde había dos mujeres que arraigadamente les impedían el paso hacia el sótano. Una de ellas era Klara Mauerova, la otra, Katerina, su hermana. Finalmente los agentes retiraron a las mujeres por la fuerza y bajaron al sótano, donde encontraron a una “niña” llorando y pidiendo ayuda. Detrás de ella una jaula y la escena más grotesca y aterradora que jamás habían visto.

(Klara Mauerova y Barbora Srklová).
Klara Mauerova Nació en Checoslovaquia, 18 años antes de la escisión de 1993, que separó a la República Checa de Eslovaquia. Desde pequeña mostraba signos de esquizofrenia ya que aseguraba que sufría alucinaciones como las que hubiera tenido en vida Juana de Arco, que le auguraban una encomienda divina. Su hermana, Katerina,  de igual forma tenía signos evidentes de esquizofrenia y seguía a su hermana en todo lo que decía, charlando ávidamente con ella de las grandes cosas que harían cuando llegara “el momento”.
Al pasar de los años, Klara ingresó a la universidad, muy a pesar de su obsesión pseudo-religiosa y a causa de la misma fue incapaz de concluir sus estudios. Sin embargo no pasó mucho tiempo para que se independizara de su familia y se fuera a vivir con un hombre con el que tuvo una tórrida vida sexual y dos hijos: Ondrej y Yakub, y que la abandonó a causa de su comportamiento inestable y casi psicopático.
(Yakub Mauerova a la izquierda, Ondrej a la derecha).


Muy a pesar de sus problemas psiquiátricos y psicológicos, Klara era una buena madre. No obstante su sentimiento de soledad la hizo caer en un abismo de depresión, del cual decidió salir buscando a su hermana Katerina para que se mudara a vivir con ellos.

Pasando algún tiempo conocieron a Barbora Skrlová, que tenía 33 años y estudiaba en la misma universidad de Katerina. Barbora tenía el aspecto de una niña no mayor de 13 años debido a que sufría una enfermedad conocida como hipopituitarismo, en la cual la glándula pituitaria segrega muy poco o nada de la hormona del crecimiento.
(Barbora Skrlová).
Para la gran suerte (o infortunio) de las hermanas, Barbora también tenía rasgos psicopáticos y esquizofrénicos, además de ser una maestra de la manipulación por su “inocente apariencia”, por lo que entablaron una fuerte amistad, hasta el punto que también se mudó a vivir con ellas.

En el pasado Barbora había estado recluida en un centro psiquiátrico después que había engañado a una familia para que la adoptaran fingiendo ser una niña.

Barbora también sufría arranques de personalidad disociativa, en los que actuaba como una niña, para luego volver a ser la adulta que en realidad era.

Con el tiempo comenzó a sentirse celosa de la atención que recibían los niños y los metía en problemas con Klara constantemente, hasta que la misma Klara se cansó y pidió consejo a Barbora para controlar a sus hijos.

Complacida de estar en control de la situación y aprovechando de ello le propuso a Klara y Katerina construir una Jaula de hierro para meter en ella a los niños.

Klara mandó a construir la Jaula con un herrero local, y llegado el día desnudaron a Ondrej y Yakub y los metieron dentro de la jaula que había apostado en el sótano.

Fue entonces cuando comenzaron las torturas. Quemaban a los niños con cigarrillos encendidos, Los golpeaban a través de los barrotes y les daban choques eléctricos. Como no salían para nada de la jaula estaban cubiertos en suciedad y tenían que dormir entre sus propios excrementos y orina sin tan siquiera una cobija. De vez en cuando los limpiaban arrojándoles cubetas de agua fría.
(Imágen tomada de las grabaciones).


El climax de la tortura llegó cuando a Barbora, inspirada en la bruja de Hansel y Gretel se le ocurrió empezar a darles mucha comida, con lo que engordaron en poco tiempo. Un día Klara bajó al sótano con un cuchillo recién afilado y le pidió a Ondrej que sacara una pierna, misma que Katerina y Barbora sujetaron con fuerza mientras que Klara le cortaba un pedazo de carne entre gritos de horror de los niños que dividieron y comieron frente a ellos.

El ritual caníbal continuó por meses, hasta que a Barbora se le ocurrió una nueva idea que sería su perdición. Decidió comprar una cámara remota de las que se usan para vigilar a los bebés e instalarla en el sótano y así poder mirar lo que hacían los niños y “Deleitarse” cuando alguna de ellas bajaba a torturarlos.

No pasó mucho tiempo cuando unos vecinos recién llegados compraron un sistema de vigilancia igual al de ellas e interceptaron por error la señal de su cámara. Horrorizados grabaron  algunas de las imágenes y llamaron a la policía.

Cuando la policía aseguró la casa y entraron al sótano encontraron que el lugar era asqueroso y emitía un olor pútrido, el piso estaba pegajoso y había manchas de sangre seca en las paredes. El olor a orina y excremento era insoportable, y los niños tenían heridas en carne viva y algunas partes de las extremidades descarnadas casi hasta el hueso. Frente a la Jaula estaba Barbora, que corrió a los brazos de un policía diciéndole que su nombre era Anika, que había sido adoptada por Klara y por Katerina y que era Victima de horribles abusos.

De inmediato los policías sacaron a “Anika” y la llevaron a un hogar para niños del que desapareció en menos de 24 horas.

Los niños fueron llevados de urgencia al hospital. Uno de ellos estaba en Shock y otro estaba desmayado. Finalmente uno de ellos Murió.

Al inicio del juicio, Klara y Katerina aún defendían a Barbora, argumentando como ella lo hubiera hecho, que su nombre era Anika y que la había adoptado. Para entonces la policía buscaba a “Anika” para presentarla en calidad de testigo.

(Barbora como Adam).
Con el tiempo las hermanas se desesperaron y comenzaron a culpar a Barbora y a un sujeto desconocido al que llamaban “el Doctor” de lavarles el cerebro.

Pasó un año y por fin dieron con el paradero de Barbora, quien ahora era Adam, un niño genio de 14 años que se había hecho adoptar por una familia que nunca sospecho que “Adam” en realidad era una mujer de 36 años.

En el transcurrir del juicio ambas hermanas señalarona Barbora como autora intelectual de todo y Fueron condenadas a 12 años, a lo que Klara no apeló, mientras que Barbora salió bajo libertad condicional en 2011 y liberada en Febrero de 2012.

Muchos cuestionan la decisión de dejar a una persona como Barbora en libertad, siendo que podría seguirse haciendo pasar por una niña para tomar ventaja de alguien más, y consideran que debió ser recluída en un centro psiquiátrico. Por otra parte su historia inspiró la famosa película estadounidense titulada “la huérfana”. A la fecha nadie sabe con seguridad el paradero de Barbora, y muchos temen que podría estar al asecho.




(Redacción: Armando Martínez).