sábado, 18 de abril de 2015

Los 10 Experimentos científicos más crueles y extraños de la historia.



El creador de esta lista, Alex Boase, escribió un libro con muchos experimentos del estilo, que titulo  "Elephants on Acid and Other Bizarre Experiments" Comencé a coleccionar ejemplos de experimentos bizarros hace años cuando estudiaba historia de la ciencia en la universidad”, dijo Boase al periódico Times, “Confieso que no tuve un motivo intelectual, simplemente los encuentro fascinantes”.

!Que lo disfrutes¡ 







1.Perros con dos cabezas (Bicefalo)


El cirujano soviético Vladimir Demikhov conocido por su trabajo en trasplantes de órganos.

Su fase experimental comenzó en el periodo de 1930 y 1950. Donde logro realizar trasplantes de cabeza en perros. En 1952 logró transportarle exitosamente un corazón a un perro (adelantándose varios años al trasplante del doctor Barnard), y obteniendo los que se considera el mayor éxito de la historia de la medicina rusa.

Su acción más notoria fue el trasplante de cabeza en 1953, logro trasplantar la cabeza de un cachorro al cuerpo de un perro adulto. Después de la operación se pudo observar como el perro anfitrión sufría un rejuvenecimiento, los perros llegaron a salivar y a tener sed al mismo tiempo. Día después del trasplante el perro bicefalo murió. El doctor Demikhov realizo 24 intervenciones similares en los 15 años posteriores, pero ninguno de los perros resultantes vivió mas de un mes, el problema radicaba en la aceptación del tejido.



2. Los muertos vivos

En los años 30 Robert Cornish de la universidad de California, El creía que había perfeccionado un método para revivir a los muertos. Experimento con muertos colocándolos en una plataforma que subía y bajaba para circular la sangre mientras les inyectaba adrenalina y anticoagulantes. 

Luego de aparentes éxitos experimentando con perros estrangulados, consiguió un prisionero condenado a muerte, Thomas McMonigle, que aceptó ser un conejillo de indias. Pero el estado de California le negó el permiso a Cornish, por miedo a que tuviesen que liberar a McMonigle si la técnica funcionaba.




3. El elefante y el ácido



 En 1962 el director del zoológico de Oklahoma Warren Thomas, Se acerco al elefante Tusko y le inyecto una jeringa con 297 miligramos de LSD (300 veces la dosis humana) con el objetivo de saber si el elefante podría caer en el estado de "musth", el cual sucede cuando su excitación sexual y agresividad aumentan. Warren Thomas creyó que con esto lograría un avance en la ciencia, 

Después de unos minutos Tusko agitaba la trompa para todos lados, estaba furioso antes de caer sometido como si le hubiesen disparado, Una hora después estaba muerto. La conclusión fue que “Al parecer el elefante es altamente sensible a los efectos del LSD”

Se desato el caos en los medios de comunicación por la muerte de Tusko. En el juicio agregaron en su defensa que no esperaban que pudiese pasar eso, ya que ellos habían probado el ácido también.

El experimento realizado con el pobre Tusko es reconocido como "experimento científico más estúpido de la historia" en la revista New Scientist. Que lanzo su lista de Experimentos científicos más estúpidos 35 años más tarde. 


4. Ojos bien abiertos. 


En 1960 Ian Oswald, de la universidad de endinburgo, quiso estudiar condiciones extremas para quedarse dormido. 
Coloco cinta en los parpados de 3 voluntarios, mientras ubicaba un banco de luces de flash a medio metro frente a ellos. Mientras unos electrodos les suministraban shocks eléctricos y por si fuera poco incomodo coloco música con un volumen estrepitoso 

Los tres voluntarios del experimento pudieron dormirse en 12 minutos. Oswald especuló que la llave de todo era el estímulo monótono y regular




5.El doctor que tomaba vómitos 


Según Stubbins Ffirth, médico de Filadelfia en el 1800, la fiebre amarilla no era una enfermedad infecciosa, y lo probó en sí mismo. Primero se echó vómito en heridas abiertas, luego lo tomó. No cayó enfermo, pero no porque la fiebre amarilla no fuese infecciosa. Luego fue descubierto que debía ser inyectada a la corriente sanguínea, que solía ser por un mosquito.


6.Caras pintadas y ratas descabezadas


En 1924 Carney Landis, de la Universidad de Minnesota, quiso investigar las expresiones faciales de disgusto. Para poder exagerar las expresiones, dibujó líneas en los rostros de los voluntarios con un corcho quemado, antes de pedirles que olieran amoníaco, que escucharan jazz, que mirasen fotografías o pusieran la mano en un balde lleno de sapos.

Luego le pedía al voluntario que decapitara una rata blanca. A pesar de que todos dudaban, y algunos maldecían o lloraban, la mayoría aceptaron hacerlo, mostrando lo fácil que mucha gente se inclina ante la autoridad. Las imágenes quedaron muy raras. Boese cuenta “Parecen miembros de un culto preparándose para hacer un sacrificio al gran dios del experimento”.


7.Terror en los cielos 



También en los 60, diez soldados en un entrenamiento de vuelo fueron informados por el piloto de que el avión no funcionaba bien y tendrían que aterrizar en el océano. Luego se les acercó un formulario de seguro de vida antes del accidente, para que el ejército no fuese responsable de las muertes o heridas. 

Pero el asunto es que en realidad eran parte de un experimento, no pasaba nada con el avión, sino que un grupo de científicos quería saber si los soldados cometían más errores al llenar un formulario si su vida estaba en peligro… sí, leyeron bien. 


8. Experimento de la Prisión de Stanford


Sin duda, el más conocido de la lista. Philip Zimbardo, consideraba que la estructura de poder era una de las causas de la violencia intrínseca al sistema penitenciario. Dividió al grupo de voluntarios en dos grupos, guardas y prisioneros, y se simulo la prisión. El experimento se le fue de las manos, por su propia fascinación ante lo que sucedía; en sólo seis días los vigilantes habían desarrollado humillantes métodos de sumisión. De hecho, se revelaron ante la suspensión del experimento. En 2001 la aceptable película alemana El Experimento se inspiró libremente en el suceso.


9.Implantación de homosexualidad 


En 1954, los psicólogos canadienses James Olds y Peter Milner, de la Universidad McGill, descubrieron que las ratas se acostumbraban a tocar una palanca que generaba una pequeña descarga eléctrica, a través de microelectrodos implantados en sus cerebros. Cuando la corriente estimulaba ciertas zonas cerebrales, los roedores repetían la maniobra para recibir nuevos estímulos eléctricos. Y lo hacían hasta 2000 veces por hora, dejando de lado otras rutinas habituales, como la actividad sexual o la alimentación. En 1979, Robert Heath, de la universidad de Tulane, decidió probar si esta estimulación en el cerebro de un homosexual, en la región del septum, lo podría transformar enheterosexual. Heath se refería a sus pacientes como B-19, a los cuales, les insertó electrodos de teflón, para que envíen estímulos controlados cuidadosamente. B-19, comenzó a presionar el botón de placer constantemente. En una sesión de tres horas, lo presionó 1.500 veces. Tuvo que ser desconectado, porque entró en estado de euforia y shock.

En esta etapa del experimento, el lívido de B-19, era tan elevado, que Heath decidió entrar en la última etapa del experimento: Presentarle una prostituta de 21 años. Entró la chica al laboratorio, y quedó sola junta a B-19 en la habitación, por más de una hora B-19, no hizo nada. Pero cuando ella tomó la iniciativa, tuvieron sexo. Un tiempo después del tratamiento, B-19 se casó con una bella mujer, pero repentinamente, la dejó y volvió a sus prácticas sexuales con hombres.

10 Mantener un Perro vivo sólo con su Cabeza


A principios de la década de 1920, un científico ruso llamado Sergei Brukhonenko habría sido capaz de cortar la cabeza de un perro, y mantenerla viva. En esa época ya existían evidencias de que una cabeza seccionada mantenía “cierta actividad” relacionada con la vida durante unos cuantos segundos después de ser cortada. Lo consiguió de la siguiente manera: una maquina se encarga de hacer circular sangre fresca por la cabeza seccionada, al tiempo que retira la sangre sin oxígeno. Lo primero que uno puede preguntarse es por qué no hay información más reciente sobre este tipo de experimentos. Y existen al menos dos razones por la que esto puede haberdesaparecido de la prensa. La primera es que solo se haya tratado de una campaña propagandística rusa, destinada a demostrar a occidente su increíble capacidad técnica, mediante una serie de videos trucados. El hecho de que el vídeo tenga créditos en ingles al final podría indicar que estaban dirigidos al “mercado norteamericano”. Al fin y al cabo, más tarde, durante la guerra fría, se enviaban a la prensa cosas más raras aún. La otra posibilidad es que simplemente se trate de la obra de algún bromista. Los que navegamos todos los días por Internet vemos todo el tiempo noticias falsas pero dotadas de una dosis de verdad destinada a hacerlas medianamente creíbles.








Redacción: Eduardo Rodríguez