La obesidad infantil es uno de
los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, según la organización
mundial de la salud. El problema es mundial y está afectando progresivamente a
muchos países de bajos y medianos recursos, sobretodo en medios urbanos. Es
entendible que un pequeño niño con algunos kilitos de más nos resulte adorable,
en especial a esas abuelas que les encanta cocinar golosinas ¿Y a quién no? Pero
¿qué pasaría si esos kilitos de más fueran más que unos kilitos y llegasen a
ser ni más ni menos que 192 kilogramos?
192
kilogramos es lo que pesarían unos 3 adultos saludables de una estatura
promedio y alimentación regular. Pero ¿qué pasaría si ese fuera el peso de un
nuño de apenas 10 años? Lamentablemente este es el caso de un pequeño de origen
indonesio. Su nombre es Arya Permana y pesa ni más ni menos que 192 kilos, el
equivalente a 420 libras. Arya vive con una familia de clase media/baja en la
provincia oeste de Java, en Indonesia. Su madre asegura con fotografías que su
hijo nació con un peso normal, por debajo de los 4 kilogramos. Ella dice que el
pequeño Arya, considerado ahora el niño con mayor obesidad del mundo, comenzó a
ganar peso después de cumplir los 2 años, situación que no les preocupó, ya que
no era nada por lo cual alarmarse, sin embargo al ir creciendo perdieron la
noción de cómo ganó tanto peso hasta llegar a lo que es hoy, y les preocupa
gravemente que si su peso se mantiene o sigue aumentando pueda provocarle la
muerte.
En
palabras de su madre, el niño padece de un hambre insaciable y perpetua y solía
ingerir una cantidad de comida que alcanzaría para alimentar a dos adultos
promedio.
Debido
a su peso tuvo que abandonar la escuela, además que no existe ropa de su talla
y se ve obligado a vestir una sábana únicamente.
Actualmente
se encuentra viendo a varios nutriólogos y doctores que han tratado de
controlar su peso con dietas que dan poco resultado y ponen al niño en una
lenta agonía.
Los
niños obesos y con sobrepeso tienen la tendencia a seguir siendo obesos en la
edad adulta y tienen más probabilidades de padecer tempranamente enfermedades
como la diabetes y eventos cardiovasculares. Es por esto que es importante
hacer énfasis en la prevención de la
obesidad infantil y educar a los niños en su alimentación.
Al
entrevistar al pequeño Arya es evidente que no disfruta para nada su situación
y dice que su único deseo en el mundo es ser delgado como los demás y da todo
de su parte para cumplir con la dieta, a la espera de alguna organización que
le brinde apoyo médico. Arya pasa la vida recostado ya que cada vez le resulta
más difícil caminar. Disfruta además de pasar el tiempo en una pequeña piscina
improvisada, donde puede calmar sus dolores y relajarse, además de sentirse más
ligero.
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(Redacción: Armando Martínez).